LIBRO II
CAPITULO XXII
CONCERNIENTE A LOS SACRIFICIOS A LOS ESPIRITUS Y CÓMO DEBEN REALIZARSE
EN MUCHAS operaciones es necesario hacer sacrificios a los demonios, y en varias formas. Algunas veces son sacrificados animales blancos a los espíritus buenos y animales negros a los malos. Tales sacrificios consisten de la sangre y algunas veces de la carne.
Los que sacrifican animales, del tipo que sean, deben seleccionar a los que sean vírgenes, ya que son más agradables a los espíritus, y con ella se vuelven más obedientes. Cuando se sacrifica sangre, debe ser sacada de cuadrúpedos o pájaros también vírgenes, pero antes de ofrecer la oblación di:
Que este sacrificio, que encontramos propio para ser ofrecido ante ustedes, nobles y elevados seres, sea agradable y placentero a sus deseos; estén listos para obedecemos y recibirán unos mayores.
Luego incénselos y perfúmelos de acuerdo con las reglas del Arte. Cuando sea necesario, con todas las ceremonias apropiadas, hacer sacrificios de fuego, deben ser hechos con madera que tenga alguna cualidad, con reverenda especial a los espíritus que se invoca; como junípero o pino para los espíritus de Saturno; boj o roble para los de Júpiter; cedro para los de Marte; laurel para los del Sol; mirto para los de Venus; avellano para los de Mercurio y sauce para los de la Luna.
Pero cuando se realizan sacrificios de alimentos o bebida, todo lo necesario debe ser preparado fuera del Círculo, y las carnes deben cubrirse con alguna tela fina y limpia, y tener también una tela blanca extendida bajo ella; con buen pan nuevo y vino bueno y espumante, pero en todas las cosas deben ser las que pertenecen al planeta en su naturaleza.
Animales tales como gallos o pichones deben ser asados. Debe tenerse especialmente un vaso de agua pura y clara de fuente; antes de entrar en el Círculo, debes invocar a los espíritus por sus propios nombres, o al menos los jefes entre ellos, diciendo:
En cualquier parte que se encuentren, ustedes espíritus, que son invitados a esta fiesta, vengan y estén listos para recibir nuestras ofrendas y presentes y sacrificios, y tendrán más adelante, todavía más agradables oblaciones.
Perfuma las viandas con incienso dulce y rocíalas con agua exorcisada; luego comienza a invocar a los espíritus hasta que lleguen.
Esta es la forma de hacer los sacrificios en todas las artes y operaciones donde sea necesario, y actuando de esta manera, los espíritus estarán listos para servirte.
Aquí termina nuestra Clavé, la cual si instalas completamente en tu memoria, podrás, si te place, volar con las alas del viento. Pero si tomas poco cuidado en ello y desprecias este libro, nunca llegarás al fin deseado en ninguna operación mágica o experimento, cualquiera que sea.
Porque en este libro está resumida toda la ciencia del Arte Mágico, y debe ser estrictamente guardado por ti. Y hasta aquí, el final de nuestra Clave, en el nombre de Dios el recto, el misericordioso y el eterno, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Fin de La Clave del Rey Salomón