Oh! Señor y Dios Padre Nuestro,
que cuidas de tus Hijos
y nos alejas de la presencia del maligno
cuando hace acto de presencia
y se manifiesta en nuestras vidas,
dame tu protección para
alejar, someter y vencer
a todas las fuerzas del mal
que anidan alrededor mío.
Amén
Por la Gloriosa Sangre del Pacto
derramada por Nuestro Señor Jesucristo,
te ordeno espíritu de tentación
y falso pensamiento
que me dejes libre y en paz.
¡Fuera, Fuera,
Fuera de mi mente
y de mis pensamientos;
te lo ordeno en el Nombre
de Nuestro Señor Jesucristo
que te venció en la cruz!.
Poderosa Sangre de Liberación,
Sanación y Redención,
derramada por Nuestro Señor Jesucristo;
combate al enemigo de mi alma
en mi cuerpo, mente y espíritu;
aleja de mi ser todo dardo
incendiario y venenoso del maligno.
No me dejes caer en tentación,
gloriosa Sangre del Redentor
y líbrame de todo mal.
Amén.