LIBRO II
CAPITULO IV
LO QUE CONCIERNE AL AYUNO, CUIDADOS Y COSAS A SER OBSERVADAS
CUANDO el Maestro del Arte desee llevar a cabo sus operaciones, habiendo previamente arreglado todas las cosas necesarias a observar y practicar, desde el primer día del experimento, es absolutamente necesario ordenar y prescribir cuidado y observación en abstenerte de todas las cosas ilegales y de todo tipo de impiedad, impureza, maldad o soberbia, tanto de cuerpo como del alma; como por ejemplo, el comer y beber demasiado, y de todo tipo de palabras vanas, mofas, calumnias, murmuraciones y otras palabras inútiles; sino más bien deben hacerse cosas buenas, hablar honestamente, guardar una extrema decencia en todas las cosas, nunca perder de vista la modestia al caminar, al hablar, al comer y al beber y en todas las cosas; lo cual debe ser hecho y observado principalmente durante nueve días antes de comenzar la operación. Los discípulos deben hacer lo mismo y deben igualmente poner en práctica todas las cosas necesarias de observarse, si desean
hacer uso de estas operaciones y experimentos.
Pero antes -de comenzar la obra es absolutamente necesario que el Maestro con sus discípulos repitan el siguiente conjuro, una vez en la mañana y dos veces por la tarde: EL CONJURO
Oh Señor Dios todopoderoso, sé propicio a mi, miserable pecador, porque no soy digno de elevar mis ojos al Cielo, por la iniquidad de mis pecados y la multitud de mis faltas. Oh Padre misericordioso y piadoso, que no deseas la muerte del pecador sino el arrepentimiento de su maldad y que viva, oh Dios, ten misericordia de mí y perdona todos mis pecados, porque yo sin merecerlo te suplico, oh padre de todas las criaturas, tú que estás lleno de misericordia y compasión, por tu gran bondad, que te dignes concederme poder para ver y conocer estos espíritus que deseo observar e invocar a que
aparezcan ante mí y cumplan mi voluntad. Por ti que eres conquistador y que eres bendito por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Señor Dios, el eterno Padre, que estás sentado sobre el querubín y el serafín, que miras la tierra y el mar, hacia ti levanto mis manos e imploro tu ayuda solo, tú que concedes el cumplimiento de las obras, tú que das el descanso a los que trabajan, que humillas al orgulloso, que eres el autor de la vida y el destructor de la muerte, tú que eres el protector de los que te invocan, protégeme, guárdame y defiéndeme en esta materia y en esta empresa que me propongo llevar a cabo, oh, tú que vives y reinas y habitas en las edades eternas. Amén.
Durante los tres últimos días antes del comienzo de la acción debes conformarte comiendo únicamente una dieta de ayuno, y solamente una vez al día, y sería mejor si solamente tomaras agua y pan. También debes abstenerte de cosas impuras, recitando la oración escrita arriba. En el ultimo día, cuando desees comenzar la operación, debes permanecer todo el día sin comer, y más tarde irás a un lugar secreto, donde confesarás todos tus pecados a Dios con corazón contrito. También los discípulos junto con el Maestro deben recitar la misma confesión en voz baja, pero distinguible, como ya se ha indicado en el primer libro.
Habiendo hecho esto tres veces con un corazón devoto, puro y contrito, en un lugar alejado del hombre, limpio y puro, donde no puedas ser visto, tomando el agua y el hisopo dirás:
Purifícame, oh Señor, con hisopo y estaré puro; lávame y estaré más blanco que la nieve. Después de esto, báñate tú mismo con el agua exorcisada, y vístete de nuevo con las vestiduras consagradas que te habías quitado; incénsate y rodéate de olores, como se indicará más adelante, cuando hablemos de los perfumes e incensaciones.
Después de realizar esto puedes ir con los compañeros al lugar mencionado y, preparadas todas las cosas, debes hacer el Círculo, como ya se ha dicho, con las demás ceremonias necesarias; luego puedes comenzar a invocar a los espíritus con los exorcismos, puedes también repetir de nuevo la confesión como se ha mencionado ya en el primer libro. Después de lo cual, en señal de enmienda y arrepentimiento, deben besarse mutuamente.
Nótese bien que a estas alturas los discípulos deben hacer las mismas cosas que el Maestro. Ahora que el Maestro dé sus órdenes a sus discípulos y sigan el curso del experimento y trabajen con diligencia para llevarlo a la perfección.